En contraposición a la edición industrial o comercial, la edición comunitaria es una práctica cada vez más promovida en comunidades locales de Latinoamérica. El editor Juan Carlos Rueda Azcuénaga, de Colombia, explica en qué consiste este tipo de edición alternativa y su importancia en el contexto latinoamericano.
La edición comunitaria es un tipo de edición que tiene como origen las comunidades locales, sus saberes y sus necesidades específicas, y que se está consolidando cada vez más en Latinoamérica. Este tipo de edición es el resultado de procesos colectivos entre comunidades en los que se trabaja de manera horizontal para definir, publicar y distribuir contenidos creados por y para una comunidad específica y que, según Juan Carlos Rueda Azcuénaga, «[…] tiene como característica principal la búsqueda de procesos, materiales y dinámicas alternativas a las de la edición industrial».
La edición comunitaria surge en el centro de comunidades que tienen la necesidad de divulgar contenidos específicos, muchas veces relacionados con sus problemáticas particulares o con sus conocimientos locales, y que encuentran en la edición, la publicación y la divulgación una manera de hacer más accesible estos saberes. En definitiva, los proyectos que surgen de la edición comunitaria están completamente relacionados con su contexto particular. Para Juan Carlos Rueda Azcuénaga, «En este sentido, la edición comunitaria es una herramienta esencial para la distribución y divulgación del saber, la bibliodiversidad, el acceso a la cultura, y la inclusión y diversidad en el corazón de cada comunidad».
Para que un proyecto de este tipo sea posible es esencial el trabajo colectivo y constante en el territorio. Este tipo de edición puede impulsarse en eventos como talleres, foros y charlas en los que se abarcan las necesidades específicas de las comunidades, y en los que es de especial importancia romper las jerarquías para que sea posible un trabajo colectivo y alternativo al tradicional.
Algunas planteamientos básicos para iniciar un proyecto de edición comunitaria son qué se quiere decir, a quién se le quiere decir y cómo se quiere decir, para luego desarrollar los recursos con los que se cuenta para trabajar (por ejemplo, la oralidad, la teatralidad, las artesanías o los recursos digitales) y dónde se quiere divulgar esta información de manera alternativa a los canales tradicionales de la industria de la edición. Además, para iniciar un proyecto de este tipo es esencial reflexionar sobre el significado de trabajar en, con y para una comunidad.
Otra de las características principales de la edición comunitaria, además de la búsqueda de formas alternativas o no convencionales para la publicación local, es el público al que busca llegar. En la edición comunitaria, contrario a la tradicional o industrial, el público es la misma comunidad, por lo que entre los objetivos de estos proyectos se encuentra fortalecer los vínculos con los lectores, hacer claros los elementos identitarios de la comunidad, facilitar los puntos de encuentro entre las personas que conforman este colectivo y ampliar la comunidad lectora del colectivo.
Para Juan Carlos Rueda Azcuénaga, uno de los mayores beneficios de la edición comunitaria es que ha llevado a la creación de múltiples organizaciones culturales y comunidades literarias alrededor de Latinoamérica: «Estas comunidades son cada vez más y más grandes; incluso se están creando redes a nivel local, nacional e internacional que han permitido fortalecer estos proyectos y abrir una discusión más amplia sobre las necesidades específicas de cada comunidad, que en ocasiones coinciden entre un lugar y otro».
Si le interesa leer más contenidos relacionados con el mundo de la edición de publicaciones puede seguir el perfil de Juan Carlos Rueda Azcuénaga, editor de Colombia, en el enlace: Blog Medium.